Los últimos datos sobre empleo, apuntan a una cierta desaceleración en el mercado laboral. Se trata del segundo mes consecutivo en el que se aprecia una ralentización de la actividad en el mercado también en términos desestacionalizados. Los datos son negativos en casi todos los sectores. Se trata el primer retroceso desde 2015.

LA ECONOMÍA ESPAÑOLA ACTIVA EL FRENO

Estos 3 años de recuperación tras la crisis mostraban un fuerte crecimiento que parece que se está frenando durante este año.

Hemos pasado de un producto interior bruto (PIB) del 3% en 2017 a un PIB del 2,7% en el segundo trimestre de 2018. No sólo eso, si no que si vamos un poco más allá podemos apreciar una caída de las exportaciones en un 1%

Estas primeras señales desgraciadamente no son las únicas que advierten una posible desaceleración de la recuperación económica.

Otra cifra importante es la bajada del 0,6% del Índice de Comercio al por Menor respecto al año anterior, que mide las ventas y el empleo en el sector del comercio minorista en nuestro país.

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A ello debemos añadir el hecho de que: el pasado mes de agosto se destruyeron 202.996 empleos, marcando el peor agosto de la década, y los desempleados aumentaron en más de 47.000 personas, algo que no había sucedido durante este mes desde hace siete años.

Si bien, estas son las primeras señales y advertencias de lo que podría suceder, no deben entenderse de forma alarmista, porque no son aún lo suficientemente sólidas para asegurar un cambio de tendencia, si deberían tenerse en cuenta a la hora de abordar el diseño de la nueva política económica.

Por ello, el Gobierno debería estar atento y sopesar con rigor, dejando a un lado las campañas electorales, las inversiones en gasto público y gestionar con prudencia la consolidación fiscal. Si bien, hemos sido “capaces de recuperarnos” de la fuerte crisis sufrida en nuestro país, los políticos no se pueden dormir en los laureles y, quizá sea el momento de desarrollar políticas en materia de prevención que eviten futuras crisis como la vivida hasta hace bien poco en nuestro país.

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de la Redacción

A veces los Juzgados parece que no quieren enterarse y, cometen errores que cambian la vida de la gente. No ha sido una vez, sino dos las veces que Juan ha tenido que abandonar su trabajo porque le habían alertado que su adosado estaba lleno de personas extrañas.

UNA INJUSTA JUSTICIA, DOS DESAHUCIOS POR ERROR A LA MISMA FAMILIA

El Juzgado de Instrucción 1 de Roquetas cambió las cerraduras y echó de casa dos veces por error, a Juan y a su mujer, por no comprobar bien cuál era la casa afectada por el impago al banco.

El 6 de noviembre de 2015 padecieron su primer desahucio y el 14 de enero de 2016, es decir, solo tres meses después, el segundo. Como si de una broma de mal gusto se tratase.

La empresa que gestiona las alarmas le llamó en dos ocasiones, comunicándole que había gente extraña dentro de su casa.

La casa de Juan estaba completamente pagada y al día siguiente se presentó en el juzgado con el director de su sucursal, amigo del mismo, quién certificó documentalmente todos los pagos.

Fue en dicho momento, cuando el juzgado ordenó que el banco (ejecutante) pagase todos los daños ocasionados en su vivienda. Le pagaron las cerraduras y Juan lo dejo pasar, como si de un mero error, que le podía suceder a cualquiera, se tratase.   

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Pero el error no acabó allí, el 14 de enero de 2016, les volvieron a llamar. Cuando Juan llegó, había una mujer limpiando su casa y sus enseres estaban embalados, para ser cargados en el furgón de mudanzas.

Cuando la empresa de mudanzas le explicó que había una orden judicial de desahucio, Juan no se podía creer, era absurdo, una pesadilla sin sentido. El banco le pidió disculpas y se comprometió a pagar de nuevo todos los daños ocasionados.

Esta vez, Juan no lo dejó pasar e interpuso una demanda de resarcimiento por daños morales contra el Estado, por tener que dejar dos veces su trabajo y por el ataque de ansiedad de su mujer.

El Consejo del Poder Judicial ha reconocido el error del juzgado almeriense pero el expediente sobre la indemnización aún se está tramitando.  

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de la Redacción

La estabilidad del mundo hipotecario tiene los días contados. Demasiados años con un Euribor de color rojo, han hecho acostumbrarse a los mercados, sobre todo al bancario, que se encontraba en una continua guerra sobre los tipos de interés de las hipotecas fijas y las variables.

LOS CAMBIOS QUE LE ESPERAN A LOS BANCOS

Pero estamos a punto de vivir dos grandes acontecimientos en el sector financiero: por un lado, el fin del Euribor negativo y, por otro lado, la nueva ley hipotecaria, que tarde o temprano deberá aprobar nuestro gobierno, si no quiere pagar una multa millonaria.

El primero supondrá sí o sí subidas de los tipos de las hipotecas tanto las variables como las fijas.

Hasta ahora, con los bajos tipos, los márgenes de la banca eran quasi inexistentes, por lo que han recurrido a las hipotecas a tipo fijo, que al menos a dia de hoy les daba una pequeña rentabilidad, a pesar de no saber si en un futuro dichas hipotecas les generarán pérdidas.

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Si bien, el euribor está ascendiendo poco a poco, por lo que los expertos prevén que para inicios del 2019 comience a ser positivo. Si las previsiones se cumplen, los tipos de interés fijos podrían dispararse hasta duplicarse en los próximos 3 años. Sin olvidarnos de los variables que ascenderían de la mano del euribor. 

Por otro lado, la banca no quita el ojo a la nueva ley hipotecaria que tramita el Congreso. Parece que la nueva ley facilitará el robo de hipotecas entre bancos, lo que provocará que los bancos preparen nuevas hipotecas personalizadas con las que robar clientes solventes a la competencia.

También permitirá que los clientes con tipos variables las pasen a tipo fijo a un coste muy reducido.

Por ello, es previsible que la oferta se vuelva aún más competitiva si cabe, sobre todo de cara a los clientes solventes y con hipotecas con poco riesgo.  

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