Los primeros años de vida laboral, se han complicado después de la crisis. Innumerables contratos de breve duración, temporalidad, desempleo e ínfimos salarios caracterizan la situación de quién se incorpora al mundo laboral actual.
LA ENTRADA EN EL MERCADO LABORAL PARA LOS JÓVENES SE HA CONVERTIDO EN UNA AUTÉNTICA ODISEA
El tiempo para obtener un contrato indefinido ha ascendido a casi 8 años, es decir, en un 65%. Además, más de la mitad de los jóvenes menores de 30 años ha pasado más de 3 años en el paro.
Tras la crisis, el mundo laboral se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza para muchos, sobre todo para los más jóvenes. Éstos se han encontrado con un mundo con pocas oportunidades laborales y sobre todo con mucha inestabilidad.
Por un lado, la tasa de temporalidad entre los jóvenes de entre 16 a 29 años asciende a un 56%, es decir, más de la mitad de los que tienen un contrato laboral, éste es temporal.
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Por otro lado, la duración de los contratos cada vez es menor, lo que provoca una mayor frecuencia de episodios de empleo y desempleo. Una prueba de ello es el récord de contratos firmados el año pasado de 21,5 millones, a pesar de que los trabajadores activos continuaban siendo más de un millón menos que antes de la crisis.
Si hay un colectivo realmente afectado, este es el de los jóvenes, según varios estudios, para estabilizar su vida y conseguir un contrato a tiempo indeterminado necesitan una media de ocho contratos y 94 meses.
Las estadísticas cambian en función de la formación, pero lo que no hay duda es que en todos los casos ha empeorado considerablemente respecto a los niveles precrisis. Los más formado tardan en acceder a su primer empleo fijo, una media de 62 meses, mientras que para los que tienen una formación más básica, conseguir un contrato indefinido les cuesta más de 100 meses.
Pero esos no son los únicos problemas, el salario es otro de los motivos que convierten en completamente desalentador incorporarse al mercado laboral. Los jóvenes son los que vienen peor pagados y los que más lejos están de alcanzar los niveles de precrisis.
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de la Redacción