Paralizan el desahucio Pepi, gracias a una carta de la ONU. Por tercera vez, Josefa Santiago, de 65 años, consigue paralizar el desalojo de su casa, pero esta vez sin fecha. Esta viuda y sus dos hijas de 27 y 28 años, viven desde hace 20 años en la casa de la que la quieren desahuciar y, ahora la quieren echar, a pesar de no haber dejado jamás de pagar los 400 euros de su alquiler.
SE PARALIZA SIN NUEVA FECHA EL DESAHUCIO DE PEPI
El pasado viernes, gracias a la movilización de vecinos y activistas en defensa del derecho a la vivienda, se consiguió aplazar una vez más el desahucio de esta viuda con sus dos hijas, hasta que se le proporcione otra alternativa para vivir.
Desde que el fondo de inversión, Inversión en Proindivisos S.L, compró gran parte del edificio, decenas de inquilinos han comenzado a recibir burofaxes del nuevo inquilino, en el que se les amenaza con que no van a renovar el alquiler. Buscan liberar las casas, para reformarlas y alquilarlas a precios desorbitados. No les importa que los vecinos lleven más de 20 años viviendo allí, les quieren fuera.
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Si bien, tas varios meses luchando, Pepi consiguió que el fondo la dejará quedarse, pero elevando la renta mensual de 400 euros a 1.400 euros, es decir, elevando el precio en más del 300%, una cifra absolutamente desorbitada e inasumible por la afectada quien sólo percibe una prestación social.
Ya se habían rendido, esta vez parecía imposible que se volviera a paralizar el desahucio. Pero la esperanza llegó el pasado jueves por la tarde, cuando la ONU pedía por escrito al Gobierno de España que paralizase el desahucio mientras estudiaba el caso para evitar posibles daños irreparables.
Los vecinos han celebrado esta pequeña victoria, pero saben que esto no acaba aquí. Los activistas entienden que la única posible solución es que el Ayuntamiento expropie todo el bloque.
Foto: La Voz de Asturias
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La administración tendrá la posibilidad de expropiar dichas viviendas para ponerlas a disposición de los más necesitados, a través del alquiler social, siempre y cuando en dichas zonas exista una gran demanda.
Hay que analizar la sostenibilidad de las pensiones teniendo en cuenta “toda una serie de variables”, entre las que ha citado la evolución demográfica, el empleo, el nivel salarial, el número de años de cotización y las características y la tasa de reposición de las pensiones. 
Nuestro sistema en la actualidad tiene un déficit anual de casi 20.000 millones de euros, que se paga con transferencias del Estado obtenidas a través de deuda, que inevitablemente crecerá de forma ininterrumpida cada ejercicio ya que al avance del número de pensionistas esperado por al envejecimiento demográfico hay que sumar cuantías de las nuevas prestaciones más elevadas que las actuales, y que crecen a ritmos más acelerados que las cotizaciones.
